Las primeras actuaciones se han centrado en detener los saqueos y salvar los edificios afectados por esas actividades ilícitas que produjeron grandes destrozos
Se ha logrado documentar magníficas pinturas y se ha evitado que algunos edificios se derrumbaran
Parte del patrimonio cultural recuperado ya se ha habilitado para acoger visitas y permite realizar un recorrido entre sus estructuras
El uso de las nuevas tecnologías digitales para la excavación, documentación y puesta en valor de los bienes patrimoniales está dando novedosos resultados
El Departamento de Petén, en Guatemala, cuna de la civilización maya, se encuentra ubicado en un territorio de valles fluviales, donde en la antigüedad se fundaron numerosas entidades políticas mayas, presumiblemente motivadas por los beneficios que proporcionaban las activas redes de comercio que discurrían a través de estos ríos. Entre esos asentamientos destacan La Blanca y Chilonché.
En la actualidad, La Blanca es una ciudad en ruinas sumergida en una “isla de vegetación”, rodeada por fincas ganaderas y extensas áreas de cultivo. Desde el año 2004, se desarrolla el Proyecto La Blanca gracias al cual se está realizando la investigación arqueológica, restauración y puesta en valor de este yacimiento, con el fin de avanzar en el conocimiento del pasado maya de esta región de Petén y de recuperar e incorporar a la sociedad actual una parte de su riquísimo patrimonio cultural que, en parte, ya lo ha empezado a disfrutar.
Dentro de los objetivos del proyecto se plantea establecer el grado y el tipo de relación que mantuvo La Blanca con los otros centros del entorno, tanto a nivel político e ideológico como comercial, de ahí que en el año 2009 se comenzara la investigación de Chilonché, un sitio dominado por una elevada y monumental Acrópolis, situado a 17 Km. en dirección Suroeste de La Blanca.
Tanto La Blanca como Chilonché fueron fundados en un estratégico emplazamiento entre el río Salsipuedes y la serranía de suaves elevaciones que marca el límite occidental del valle del Mopán. La riqueza proporcionada por el control de las rutas comerciales se manifiesta en la monumentalidad de su arquitectura, que es muy llamativa, especialmente en La Blanca donde los palacios de su Acrópolis rivalizan en tamaño y calidad constructiva con los de las grandes ciudades situadas más al norte, como Tikal, Nakum o Yaxhá.
Chilonché tuvo un gran desarrollo urbanístico, patente en los más de 50 conjuntos arquitectónicos documentados, así como una larga ocupación prehispánica, que se remonta al Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C.) y continuó hasta el Posclásico Temprano (1000-1200 d.C.). Las investigaciones del Proyecto La Blanca en Chilonché han estado inicialmente dirigidas a documentar la arquitectura visible y a realizar acciones de salvamento de los edificios afectados por saqueos y otras actividades ilícitas que en pocos años destrozaron gran parte de sus edificios principales, entre ellos la Acrópolis central.
Fue precisamente durante la exploración de unos de los profundos túneles de saqueo que atraviesa el basamento de esta Acrópolis, cuando se encontró una espectacular escultura arquitectónica del Preclásico Tardío. Se trata de una criatura fantástica en la que no sólo se representó su formidable rostro sino también sus patas. Es muy posible que de este modo se pretendiera encarnar a las fuerzas de la naturaleza mediante estas figuraciones de animales poderosos, con el fin de conmemorar el final de una era y el nacimiento de un nuevo orden político en esta región de Petén, dirigido por un nuevo gobernante o linaje.
Cuatro metros por encima de esta escultura se encuentra el arranque de los palacios del Clásico tardío (600-850 d.C.), erigidos en la cima de la Acrópolis, los cuales también han sido víctimas del saqueo. Mediante el Proyecto La Blanca se han realizado excavaciones extensivas en el edificio que cierra por el norte la Acrópolis, para rescatar y consolidar aquellas partes que estaban a punto de venirse abajo. Todo ello ha permitido también descubrir y documentar las espectaculares pinturas murales del cuarto 6 de este palacio, al borde de ser destruidas por los actos vandálicos que, lamentablemente, no han cesado en este sitio arqueológico. Se muestran hermosas escenas, siendo la de mayores dimensiones la del muro oeste: en ella participan numerosos personajes, que se muestran con un gran dinamismo y agitación; sus cuerpos están pintados de diferentes colores (negro, rojo y ocre, principalmente), llamando la atención la sensualidad y la elegancia de las posturas, así como el lenguaje gestual.
La Blanca actualmente es un sitio arqueológico que se puede visitar y que dispone de todas las infraestructuras necesarias para su recorrido y disfrute. El asentamiento está estructurado a partir de una Gran Calzada central, de unos 35 m de ancho y una longitud de 300 m desde la Gran Plaza Norte hasta el Grupo Sur. Al oriente de la Gran Calzada se levanta una monumental Acrópolis, formada por un basamento de 8 metros de altura y coronada por palacios de 17 m sobre el piso de calzada. En uno de estos palacios se halla una de las bóvedas más anchas de toda el área maya, y en ella debieron celebrarse importantes encuentros protagonizados por la élite.
Destacan también los basamentos ornamentados con hermosos relieves, sobresaliendo entre ellos el que fue tallado en una de las subestructuras de la Acrópolis, cuya composición y técnica del mosaico recuerda a las de las portadas zoomorfas del centro y norte de Yucatán.
El equipo del Proyecto La Blanca, dirigido por la Dra. Cristina Vidal Lorenzo y el Dr. Gaspar Muñoz Cosme, está integrado por profesores y estudiantes de la Universidad de Valencia, la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad San Carlos de Guatemala, pertenecientes a las disciplinas de arqueología, arquitectura, historia del arte, restauración, topografía, química, física, medioambiente y cooperación al desarrollo. Cuentan con la financiación del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de España, así como con la aportación económica de la Fundación Palarq.
Desde el año 2004, el equipo se desplaza al Departamento de Petén (Guatemala) entre uno y dos meses, período durante el cual se ha venido realizando el trabajo de campo en los sitios de La Blanca y Chilonché, así como el estudio de los restos materiales en el laboratorio que el Proyecto tiene en la isla de Flores.
Durante los demás meses del curso académico, el equipo continúa realizando los trabajos de restitución digital de los dibujos y levantamientos arquitectónicos, en el Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universidad Politécnica de Valencia; estudios de iconografía, en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, y análisis de muestras en los laboratorios de ambas universidades.
En los últimos años los trabajos del Proyecto La Blanca ha introducido el empleo de nuevas tecnologías aplicadas experimentalmente a la excavación, restauración y puesta en valor de la arquitectura maya. Para ello se está utilizando el escáner láser y las técnicas de fotogrametría para documentación de los bienes patrimoniales y creación de modelos 3D de alta calidad. Todo ello ha permitido poner en marcha un innovador sistema de seguimiento diario de los trabajos de excavación, cuyos resultados, aparte de novedosos, están siendo altamente satisfactorios.
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