En el marco “Actualidad de la investigación arqueológica en España”, organizado por el Museo Arqueológico Nacional en colaboración con la Fundación Palarq
Se realizará el martes 2 de abril, a las 18h en el MAN y la asistencia es libre y gratuita
El Mesolítico Asturiense en el siglo XXI: el proyecto arqueológico de la Cueva de El Mazo (Llanes, Asturias) es el título de la charla que ofrecerán Igor Gutiérrez Zugasti, David Cuenca Solana y Manuel González Morales del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, el martes 2 de abril a las 18h, en la sala de conferencias del Museo Arqueológico Nacional (MAN), en el marco del ciclo “La actualidad de la investigación arqueológica en España”.
La asistencia es libre y gratuita.
Los estudios sobre el Mesolítico a lo largo del siglo XX en las zonas costeras de Asturias y Cantabria, proporcionaron un interesante punto de partida para entender uno de los periodos más importantes de la historia de la humanidad, como es el de la disolución de las formas de vida de los cazadores-recolectores-pescadores. Este periodo es conocido en buena parte de la Europa Atlántica por la formación de enormes concheros, tanto al aire libre como en las bocas de cuevas y abrigos. Sin embargo, en la región cantábrica el registro arqueológico de este periodo se caracteriza por la abundancia de depósitos cementados que no permiten una excavación detallada, lo que supone una limitación importante a la hora de definir las formas de vida de las sociedades humanas que acumularon dichos depósitos. Afortunadamente, en el año 2008 se descubrió el Abrigo de El Mazo (Llanes, Asturias), un yacimiento con una preservación excepcional, susceptible de proporcionar la información necesaria para un conocimiento más exhaustivo del periodo mesolítico en la región cantábrica.
La intervención arqueológica en El Mazo comenzó en 2009 con el objetivo de dar respuesta a cuestiones relacionadas con las condiciones climáticas y las ocupaciones costeras durante el Mesolítico en la región cantábrica. Desde entonces, la excavación ha puesto de manifiesto la existencia de un potente conchero compuesto por varias especies de moluscos, así como erizos de mar, crustáceos, peces, restos de faunas de mamíferos, aves, lítica y restos de hogares. Los resultados obtenidos hasta la fecha han proporcionado nueva información sobre los procesos de formación y erosión de los concheros mesolíticos, las condiciones climáticas y medioambientales imperantes durante los inicios del Holoceno, y la tecnología, subsistencia y organización social de los últimos grupos de cazadores-recolectores-pescadores.
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