El día 9 de noviembre de 2018 se ha convertido en una fecha señalada para el equipo de investigación del proyecto “Construyendo Tarteso”. Cuando recibimos la llamada del presidente de la Fundación Palarq, D. Antonio Gallardo, para comunicarnos la concesión del Premio, reaccionamos con la lógica alegría de quienes sienten reconocida su labor, además de la satisfacción por el importante incentivo que suponía su dotación para continuar con mayor holgura nuestro trabajo.
A partir de ese momento todo se precipitó sin apenas tiempo para asimilar la noticia. La inmediata rueda de prensa que siguió a la concesión del Premio provocó una rápida carrera por parte de los medios de comunicación para conocer nuestra opinión, lo que nos impidió asimilar e incluso celebrar la noticia como se merecía. Pero el momento más emotivo llegó cuando pudimos contactar con los miembros del equipo para transmitirles la buena nueva; compartir con ellos la dicha por la concesión del Premio era primordial porque se estaba reconociendo el duro, pero fructífero trabajo que habían llevado a cabo en el Turuñuelo durante los tres últimos años.
D. Antonio Gallardo Ballart, presidente de la Fundación Palarq, y los ganadores del premio, la Dra. Esther Rodríguez González y Dr. Sebastián Celestino Pérez.
Entre la concesión del Premio y su entrega pasaron dos largas semanas que teníamos repletas de conferencias y ponencias sobre el yacimiento, por lo que los organizadores ya nos presentaban con orgullo como los flamantes ganadores del I Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq, una presencia que, según ellos, daba lustre científico al evento que se impulsaban. Si todos estos actos ya estaban organizados desde hacía meses, en tan solo una semana se multiplicaron las invitaciones de universidades, centros de investigación, museos, institutos o asociaciones culturales para que impartiésemos charlas sobre el yacimiento, a la vez que éramos requeridos por algunas publicaciones del ámbito de la Historia para escribir sobre el sitio.
El día de la concesión del Premio en el Museo Arqueológico Nacional fue muy especial por cuanto ese reconocimiento a nuestra labor científica pudimos compartirla con nuestros familiares, amigos y numerosos colegas que se acercaron para felicitarnos y para festejar con nosotros ese momento alegre y a la vez mágico. Los numerosos arqueólogos e historiadores de la Antigüedad que se dieron cita ponían especial énfasis en la importancia de constituir un premio de esa naturaleza, capital para incentivar nuestra labor, así como para reconocer la magnífica vitalidad y proyección de la Arqueología española.
La concesión bienal del Premio puede convertirse en la fecha más idónea para celebrar la fiesta de nuestra Arqueología y Paleontología, o al menos eso es lo que nosotros sentimos en el acto de entrega del Premio. Por ello, nuestro reconocimiento a la Fundación PALARQ es sincero y desde aquí queremos transmitir nuestra enhorabuena por la iniciativa porque nos ha inoculado a los arqueólogos una alta dosis de estima e ilusión.
- Los tejidos del Turuñuelo: la lana tejida más antigua de la Península gracias a los tartesios - 5 septiembre, 2019
- Un premio para construir Tarteso - 18 diciembre, 2018