Un gran cementerio medieval en el Camino de Santiago Excavaciones en la plaza Biscós de Jaca
En el marco “Actualidad de la investigación arqueológica en España”, organizado por el Museo Arqueológico Nacional en colaboración con la Fundación Palarq
La conferencia se realizará el martes 26 de noviembre, a las 18h en el MAN y la asistencia es libre y gratuita
Un gran cementerio medieval en el Camino de Santiago Excavaciones en la plaza Biscós de Jaca es la charla que ofrecerán Rafael Domingo y Julia Justes (Universidad de Zaragoza) el martes 26 de noviembre a las 18h, en la sala de conferencias del Museo Arqueológico Nacional (MAN), en el marco del ciclo “La actualidad de la investigación arqueológica en España”
Vista general de la zona NW de la excavación de Plaza Biscós: conjuntos de losas cortados por cimentaciones del templete de Santa Orosia construido a inicios del s. XX.
La construcción de un aparcamiento subterráneo en el centro de la ciudad de Jaca fue el motivo que impulsó una excavación arqueológica que se desarrolló durante cinco meses en el otoño-invierno de 2005 y 2006. A lo largo de ella trabajamos bajo durísimas condiciones meteorológicas (temperaturas gélidas, lluvias, nevadas), con un equipo compuesto, además de por los dos directores, por S. Fuentes, M.ª V. Pastor y D. Alonso en la gestión facultativa, y un esforzado grupo de obreros contratados por la promotora de la obra, la UTE Jacetania. Durante esos trabajos vio la luz el antiguo camposanto medieval de Jaca.
El cementerio, ligado probablemente a la cercana Catedral, estuvo en uso desde la “fundación” (en realidad, la unión mediante Fuero de tres núcleos preexistentes y la erección de la sede episcopal) de la ciudad de Jaca a finales del siglo XI hasta alrededor de la primera mitad del siglo XVI, cuando el espacio funerario se amortizó y comenzó a ser empleado a modo de plaza pública. Durante los trabajos arqueológicos se localizaron más de 850 tumbas de diferentes tipologías, que comparten por lo general la orientación a sol naciente (cabeza al oeste, pies al este) y la inhumación del cuerpo en posición de decúbito supino; responden a tipologías distintas:
- Fosa simple: la más socorrida de las inhumaciones practicadas, aparece a lo largo de todo el tiempo de uso de la necrópolis (163 casos).
- Fosa reforzada con losetas laterales, con o sin orejeras y con o sin cubierta, pero siempre con algún elemento pétreo delimitador (389 casos).
- Caja de losas: o bien bloques bien escuadrados (las más antiguas, siglo XII) o bien grandes losas laterales finas (siglos XIII y XIV) (157 tumbas).
- Fosa simple cubierta de grandes losas, son las más antiguas (siglos XI-XII) (160 casos)
- Osarios: paquetes de huesos movilizados al construir nuevas tumbas y agrupados de distintas formas (ordenados o no, dentro o fuera de estructuras…
Grupo de tres tumbas compuesto por un individuo adulto, un infantil y un neonato, verosímilmente un grupo familiar compuesto por una madre con dos de sus hijos
El estado de conservación de los huesos no es bueno, en parte por el uso posterior del espacio (estructuras constructivas, raíces de árboles…) y en parte por las condiciones del subsuelo jaqués. Por edades, más del 75% de las tumbas corresponden a adultos, apenas un 20% a infantiles/juveniles y sólo un 5% a neonatos: tan bajo porcentaje puede responder a un tratamiento diferencial de esos fallecidos, que podían enterrarse en otros lugares (dentro de las iglesias o bajo el suelo de las viviendas), o a la mala conservación de sus restos.
Como es habitual en las necrópolis cristianas, los restos materiales son muy escasos: el ritual funerario medieval no contemplaba el enterramiento con elementos de ajuar, pese a lo cual se han conservado algunos objetos. Entre ellos destacan 21 conchas de peregrino, algunas de ellas desplazadas respecto a su posición original por el continuo reempleo de la necrópolis. El bajo número respecto al total de inhumaciones debe relativizarse: sólo los peregrinos que habían llegado a Santiago podían portar este elemento como testimonio de su viaje. Otros objetos localizados son anillos sencillos en materiales no preciosos, algunas hebillas de cinturón (una grabada a buril con decoración de un elemento arquitectónico), un pendiente y dos dados de hueso. A ello habría que añadir herrajes y clavos de ataúd en casos excepcionales, así como alfileres para sujetar las mortajas. Esta pobreza material, adecuada al ritual cristiano imperante, puede estar relacionada también con el empleo del Cementerio Mayor de Jaca por parte de los grupos sociales menos favorecidos.
Durante las excavaciones se documentaron también restos de un torreón semicircular y de dos tramos de la muralla medieval, derribada a inicios del siglo XX para facilitar el Ensanche de la ciudad. Limitaba el espacio por el norte, y su construcción era sencilla, con muros de mampostería en las caras externas con un relleno interior de materiales desordenados.
Actuaciones recientes en dos solares de la plaza próximos al recinto catedralicio han sacado a la luz algunas decenas más de tumbas, de tipologías similares a las ya documentadas; en uno de ellos destaca la acumulación de tumbas infantiles, precisamente las más infrecuentes en la excavación de 2005-2006.
El Cementerio Mayor de Jaca funcionó entre los siglos XI y XVI. Por su gran extensión (parte del mismo se halla todavía bajo edificaciones modernas) se desconoce su entidad real, pero sabemos que acogió no menos de un millar de sepulturas, algunas vinculadas con peregrinos del Camino de Santiago, en un terreno abierto al norte del casco urbano. A partir de mediados-finales del siglo XVI (con la restauración de sede episcopal propia en Jaca y las consiguientes obras en el conjunto catedralicio) su empleo como lugar de enterramiento cesa y pasa a aparecer en documentos y planos con el nombre de Campo de la Estrella o Campo del Toro, aunque su carácter sacro permanece: en la parte norte, junto a la muralla, se erigirá un templete dedicado a la patrona de Jaca, Santa Orosia; los restos del último edificio con esa advocación, construido y derribado respectivamente en los años 10 y 60 del siglo XX, fueron localizados durante nuestras excavaciones.
- Un gran cementerio medieval en el Camino de Santiago - 19 noviembre, 2019