El Proyecto Djehuty llevó a cabo su 18ª campaña arqueológica en Dra Abu el-Naga, en la orilla occidental de Luxor, durante los meses de enero y febrero de 2019. Mientras se llevaban a cabo tareas de restauración dentro de las tumbas de Djehuty y de Hery, talladas en roca de la colina y datadas a comienzos de la dinastía XVIII, entre 1520 y 1470 a. C. aproximadamente, las excavaciones prosiguieron al suroeste de sus patios de entrada, en el área denominada “Sector 10”. Aquí han ido saliendo a la luz desde 2011 tumbas de la dinastía XI/XII, ca. 2000 a. C., y capillas de ofrendas hechas en adobe, asociadas y alineadas con pozos funerarios de la dinastía XVII, ca. 1600 a. C.
Par de sandalias de cuero con decoración repujada y teñidas de rojo, ca. 1600 a. ©Proyecto Djehuty/J. Trueba
Durante la última campaña salió a la luz una nueva capilla de adobe de dimensiones considerables, 2,40 x 1, 80 m y 0,70 m de altura. El exterior de la capilla se recubrió con una capa de mortero blanquecino, mientras que el interior, al menos en parte, parece que tuvo policromía, pues hemos hallado un buen número de fragmentos de mortero elaborado con mucha paja y pintados por uno de sus lados con colores muy vivos. Los motivos, imitando textiles, son propios de la decoración de un techo y éste, además, pudiera haber sido abovedado. Otros fragmentos conservan parte de un friso-heker que hubiera recorrido la parte superior de las paredes laterales de la capilla, dentro de la cual se habrían hecho las ofrendas y pudo haber alojado dentro una estela conmemorativa para el culto al difunto.
Alrededor de la capilla de adobe se hallaron, al nivel del suelo, seis figurillas humanas talladas en madera, como si fueran momias en miniatura, conocidas como “shabtis”, y dos miniaturas de ataúdes, datados en la Dinastía XVII, ca. 1600 a. C.. Las tapas de éstos y cinco de las figurillas fueron inscritas con tinta negra y el texto en jeroglífico cursivo y/o hierático. En ellos se menciona el nombre de Ahmose, y en uno de los shabtis, hallado envuelto en lino, la inscripción indica que está dedicado a Ahmose-Sapair.
Uno de los shabtis de madera inscritos, hallados junto a la capilla de ofrendas, ca. 1600 a. C. ©Proyecto Djehuty/J. Trueba
Junto a la capilla de adobe se excavaron dos pozos funerarios prácticamente contemporáneos, de cuatro metros y medio de profundidad. Ambos habían sido saqueados en época antigua, pero conservaban restos del equipamiento funerario de su primer ocupante. En unos de ellos, casi llegando ya al fondo, y bajo evidentes restos de un violento saqueo, hallamos un par de sandalias de cuero en muy buen estado de conservación. Están hechas de cuero, tintadas en un color rojo muy vivo y con decoración figurativa repujada. Los motivos decorativos son similares a los empleados en los marfiles mágicos, los cuales pretenden servir de protección principalmente a las mujeres en estado, pues aparecen figuras del dios Bes y de la diosa Toeris o Taweret, además de un par de cápridos de la especie Ibex nubiana, un par de felinos y una roseta. Cada sandalia mide unos 26 cm de longitud, lo que correspondería a un tamaño de pie de un 36, lo que podría servir también de argumento en favor del género femenino para su propietario.
Par de bolas de cuero rellenas de cáscara de cebada y unidas entre sí por un cordel, ca.1600 a. C. ©Proyecto Djehuty/J. Trueba
Justo debajo de las sandalias, aparecieron además dos bolas de cuero, de 6,5 cm de diámetro, unidas entre sí por un cordel. La forma redondeada y compacta se mantenía al estar ambas rellenas de cáscara de cebada. El juego con bolas de un tamaño similar parece haber sido más común entre mujeres que entre hombres, según se documenta en la iconografía de tumbas casi contemporáneas. Así, parece que el hallazgo de las sandalias junto con las bolas de cuero parecen indicar que una mujer de alto nivel social pudo haber sido enterrada en el pozo excavado.
Por último, señalar que durante la campaña de 2019 el jardín funerario de la dinastía XII, ca. 2000 a. C., hallado en el Sector 10 hace dos campañas, terminó este año de ser excavado, estudiado, conservado y restaurado. Ahora, arqueólogos y arque-botánicos han de llevar a cabo los necesarios análisis y preparar sus conclusiones para su publicación científica, que esperemos tenga lugar el año que viene.
El Proyecto Djehuty está dirigido desde sus inicios por José Manuel Galán, Profesor de Investigación del Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo del CSIC.
Interesante
Felicitar a todo el equipo por este trabajo de tantos años, y gracias por compartirlo.
Fantastico trabajo. Que profesión tan bella la de arqueólogo. Conversar con el pasado. Redecubrirlo. Mostrarlo