La misión arqueológica de la Universitat de Barcelona (UB-IPOA) inició el pasado 8 de noviembre su campaña número 30 de excavación en el yacimiento de la antigua Oxirrinco (El-Bahnasa, Minia) a 200 kilómetros al sur de El Cairo.
La misión está formada por un equipo multidisciplinar de más de veinte especialistas en diversos campos de investigación: egiptólogos, arqueólogos, epigrafistas, ictiólogos, antropólogos, restauradores, papirólogos, arquitectos, además de los obreros egipcios y de los inspectores del Servicio de Antigüedades.
Durante más de un mes se llevan a cabo trabajos de excavación, documentación y restauración en la llamada Necrópolis Alta. Este sector del yacimiento abarca una necrópolis de más de mil años de antigüedad, desde el período faraónico saíta (664 a.C.) pasando por la etapa persa, grecorromana hasta la época cristiana- bizantina. Además de la excavación de nuevos sectores, el equipo se dedica al estudio de los materiales recuperados en campañas anteriores, así como, a la traducción de textos y a la documentación fotogramétrica para la restitución 3D de los monumentos y de las tumbas halladas.
La antigua ciudad de Oxirrinco, muy conocida por la ingente cantidad de papiros hallados a finales del siglo XIX, fue una de las metrópolis más importantes del Egipto romano, pero sus orígenes se remontan al período faraónico. La misión ha descubierto hasta el momento 12 tumbas saítas construidas con grandes bloques de piedra, una de ellas cerrada y sellada, conteniendo en su interior individuos momificados, sarcófagos, muchos de ellos epigráficos y con abundante ajuar funerario, sobre todo vasos canopos donde depositaban las vísceras de los difuntos, ushebtis, amuletos, esculturas de divinidades en bronce y recipientes cerámicos.
Del periodo persa se han descubierto un total de 13 tumbas de piedra con individuos momificados en su interior cubiertos con cartonajes; y de la etapa grecorromana se tienen 37 tumbas, también construidas con bloques de piedra, que contienen numerosos individuos momificados cubiertos de cartonajes, y muchos de ellos con lenguas de oro.
Además de las mencionadas estructuras funerarias, hay que destacar un interesante templo-catacumba dedicado a los misterios del dios Osiris: el Osireion.
Durante el período bizantino, la ciudad se convirtió en capital de provincia y se construyeron diversas estructuras religiosas, entre las que destaca una gran Basílica de 90 metros de longitud y 30 m de anchura de cinco naves con numerosos elementos arquitectónicos, y que alberga una cripta con pinturas paleocristianas, y textos en copto que hacen mención del mártir San Filóxeno.
Los trabajos se llevan a cabo gracias a las aportaciones económicas de las diferentes instituciones públicas y privadas: Ministerio de Cultura y Deporte, Universitat de Barcelona- IPOA, Fundación Palarq, Societat Catalana d’Egiptologia y Baula, Recerca Arqueològica.
Los resultados de las excavaciones de la Misión Arqueológica pueden consultarse a través de la página web www.oxirrinc.com.