El IPHES-CERCA codirige un equipo internacional que lleva a cabo un proyecto de investigación para estudiar cómo vivían las primeras comunidades humanas del Cono Sur
El proyecto cuenta con la financiación de la Fundación Palarq
Des de el pasado lunes 12 de septiembre y hasta el 26 de ese mismo mes, un equipo internacional codirigido por Carlos Tornero investigador del IPHES-CERCA y por Rafael Labarca, investigador de la Pontificia Universidad Católica de Chile, está llevando a cabo la segunda campaña de excavaciones y prospecciones arqueológicas en la zona del antiguo lago Tagua Tagua, en el sur de Santiago de Chile, con el objetivo de poner luz a las primeras poblaciones humanas del continente americano.
Estos trabajos se llevan a cabo dentro del proyecto de investigación Primeros pasos humanos en América del Sur, caminando entre Gonfoterios, y cuenta con la financiación de la Fundación Palarq.
Objetivo: poner luz a un tema primordial del panorama internacional América es el último continente en ser poblado por el Homo sapiens. Si bien existe un consenso entre la comunidad científica internacional que este poblamiento se produjo a través del estrecho de Bering, en Asia, no hay certeza respecto al momento en que esto ocurrió. Sobre esta cuestión fundamental, las posturas varían según aquellos que indican que el poblamiento se produjo antes de los 18000 ac AP y los que consideran que se produjo posteriormente.
Los trabajos que se llevan a cabo en Chile han aportado información relevante al respecto a partir de la presencia de yacimientos como el de Monte Verde o Pilauc, con dataciones que podrían aproximarse a los ca. 18000 AP. Sin embargo, el panorama que se tiene de este primer momento todavía es fragmentario, en parte debido a la escasez de yacimientos arqueológicos bien documentados. Bajo este contexto, los investigadores responsables de este proyecto, consideran que el lago Tagua Tagua de Chile podría haber actuado como polo de atracción para estas poblaciones humanas tempranas de cazadores-recolectores, y consideran factible suponer que todavía se pueden encontrar más evidencias contemporáneas en los yacimientos hasta hoy localizados o incluso más antiguos todavía. Yacimientos cerca de un lago desecado El área de estudio del proyecto de investigación está situado en el suroeste de la ciudad de San Vicente de Tagua Tagua, al sur de la ciudad de Santiago de Chile, en el antiguo lago de Tagua Tagua, el cual fue desecado de forma artificial en 1833. Cuando todavía existía ocupaba una superficie de 31 km2 durante la época de lluvias.
Reconstrucción del paisaje de flora y fauna de la Laguna de Tagua Tagua, a partir del
registro fósil recuperado. © Erwin González-Guarda.
Las excavaciones que se llevaron a cabo durante los trabajos de achique de su cuenca, dejaron al descubierto un patrimonio arqueológico y paleontológico excepcional. De hecho, sacan a la luz varios yacimientos arqueológicos con ocupaciones humanas datadas en el Pleistoceno final, como Tagua Tagua 1 (TT1) (ca. 12600 cal AP) y el Tagua Tagua 2 (TT2) (ca. 11700 cal AP), que fueron excavados por los arqueólogos chilenos Julio Montané y Lautaro Núñez, respectivamente. Gracias a estos trabajos se pudieron recuperar restos de megafauna hoy extinguidos e industria lítica asociada con clara posición estratigráfica. En ambos yacimientos se ha demostrado la explotación de gonfoterios (Notiomastodon platensis), unos parientes lejanos de los elefantes modernos, así como también caballo americano extinguido (Hippidion principale) y ciervo también extinguido (Antifer ultra).
Estos dos yacimientos, separados espacialmente 160 metros, presentan una estratigrafía no disturbada, dataciones absolutas robustas y asociaciones contextuales sólidas. TT-2, presenta, además, puntas de proyectivo del tipo “cola de pescado”, características de la primera tradición tecnológica sudamericana registrada durante la transición Pleistoceno-Holoceno. En este sentido, las ocupaciones humanas en estos dos yacimientos arqueológicos se asocian al primer poblamiento de Sudamérica y, como tales, están catalogados como Patrimonio Cultural del Estado de Chile y son reconocidos como Monumentos Nacionales. Un lugar muy rico en ocupaciones humanas Desde 2019 el equipo de arqueólogos exploraron un nuevo sector cercano a los TT1 y TT2, llegando a documentar un tercer puesto, el Tagua Tagua 3 (TT3), de cronología similar al TT1, que fue objeto de una excavación de 6m2 en 2020 y 11m2 en 2021.
Imagen de los trabajos de excavación en el yacimiento Tagua Tagua 3. Foto: Carlos
Tornero/IPHES
Durante los trabajos de excavación que se están llevando a cabo estos días en la zona del Tagua Tagua 3, participan los investigadores Carlos Tornero e Iván Ramírez y la técnica en conservación y restauración Elena Moreno, todos ellos del IPHES-CERCA, junto con otros investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad O’Higgins así como personas involucradas con la Fundación Añañuca y el Grupo Núcleo de Investigación TaguaTagua. El yacimiento arqueológico de Tagua Tagua 3 presenta dos ocupaciones humanas bien definidas, datadas entre ca. 12400 cal AP y ca. 7000 cal AP, que han despertado el interés por parte de la comunidad científica internacional, ya que en sus niveles se han documentado no sólo restos de megafauna e industria lítica asociada, sino también estructuras de combustión in situ.
El investigador del IPHES-CERCA Iván Ramírez cribando los sedimentos extraídos durante
los de excavación en el yacimiento de Tagua Tagua 3. Foto: Carlos Tornero/IPHES
Además de estas manifestaciones arqueológicas de cazadores-recolectores de los yacimientos mencionados, en el área que ocupaba el antiguo lago Tagua Tagua se han documentado también complejas áreas de inhumación / domésticas todavía poco conocidas, de tipo “tumular”, que habrían sido ocupadas de forma reiterada durante buena parte del Holoceno Inicial y Medio (~11100 cal AP – ~4000 cal AP). Estas estructuras pueden llegar a ocupar hasta una hectárea de superficie y a partir de los pocos yacimientos hasta ahora intervenidos, presentan una elevada densidad de individuos de diferentes sexos y edades, asociados a abundante basura doméstica depositada aparentemente de forma intencional. Esta inusual concentración de yacimientos arqueológicos del Pleistoceno final y la presencia de puntos de interés aún no estudiados, constatan el enorme potencial científico del área del lago Tagua Tagua para explicar la dinámica de población humana en Chile y América, uno de los temas más urgentes a resolver en el panorama arqueológico internacional.
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