Los yacimientos citados contienen, con sus respectivas singularidades, una secuencia arqueológica y de arte rupestre de primera magnitud, lo que les convierte en una referencia nacional e internacional.
Las acciones vinculadas al proyecto se centran en ofrecer resultados para la interpretación del mundo simbólico, doméstico y tecnológico, mediante el análisis de materias primas minerales y de huellas de uso en la industria lítica, con especial incidencia en el arte rupestre.
Izqda. Fragmento de óxido de hierro (ocre) del nivel VI del Cono Posterior y detalle de las huellas de raspado en el mismo. Dcha. Representaciones pintadas en rojo de un antropomorfo femenino (zona central arriba) y de diferentes signos y puntuaciones en el Panel Principal de la Cueva de Llonin. Fotos izqda.: M. de la Rasilla y E. Duarte. Foto dcha.: J. Fortea.
El proyecto ha tenido dos líneas de actuación.
- Análisis de muestras de fases ricas en minerales de hierro y manganeso (incluso alguna de cobre) fundamentalmente procedentes de los niveles correspondientes al Marine Isotope Stage 3 (MIS3), atribuibles al Musteriense, Auriñaciense y Gravetiense; incorporándose a efectos comparativos algunas muestras de episodios posteriores.
Es frecuente la presencia de materias minerales (generalmente pigmentantes) en los niveles arqueológicos de los yacimientos paleolíticos; habiendo sido trasportados casi siempre por los grupos humanos, aunque en ocasiones pueden encontrarse en el sedimento procedentes del interior de los sistemas kársticos o provenientes, mediante un proceso del medio físico, de las áreas cercanas a aquéllos.
Cuando la arribada de dichas materias fue intencionada, éstas se usaron para realizar las pinturas rupestres y, muy probablemente, para la decoración corporal. También pudieron utilizarse como antiséptico (como hacen los pueblos Himba africanos), refractario -es habitual su presencia alrededor de los hogares o esparcido por un área en donde se documenta la presencia de un fuego considerable-, e incluso como conservante o curtiente de pieles.
A esto se añaden las propiedades simbólicas y emocionales vinculadas a los colores (destacando en el paleolítico el color rojo, seguido del negro y del morado), y las derivadas del significado de los motivos icónicos (figuras zoomorfas y antropomorfas) y anicónicos (signos), existentes por ejemplo en la cueva de Llonín. En ese sentido, también cabe la posibilidad, no demostrada todavía, del uso de óxidos del hierro para dar color a los grabados parietales del abrigo de La Viña.
Arriba. Planta, vista general y corte estratigráfico del Sector Central del Abrigo de La Viña. Abajo. Vista general, planta y corte estratigráfico de la Galería de la Cueva de Llonin. Dibujos de las estratigrafías: E. Duarte. Fotos J. Fortea.
Mediante la caracterización y estudio petrográfico, mineralógico y geoquímico de las muestras, podrán hacerse comparaciones con los existentes en la actualidad, y con los realizados sobre pigmentos parietales. Esos resultados, a los que tendrán que añadirse los procedentes de las fuentes primarias y secundarias de esas materias distribuidas a lo largo del territorio, facultará el conocimiento de las fuentes de aprovisionamiento concretas para los distintos yacimientos, su integración con otros elementos que faculten una valoración integrada de los mismos y la evaluación de los movimientos de los diferentes grupos humanos paleolíticos en el tiempo y el espacio.
- Análisis mediante Microscopio Electrónico de Barrido y el espectrofotómetro FTIR de varios útiles y productos de lascado líticos provenientes del nivel XII auriñaciense del abrigo de La Viña.
Grabados de los dos horizontes artísticos definidos en el Abrigo de La Viña. Interesan aquí los trazos verticales visibles en la mitad inferior de la pared correspondientes al primero horizonte atribuido al Auriñaciense reciente. Foto: J. Fortea. Dcha. Detalle del filo activo de lasca de sílex utilizada durante 30 minutos para grabar un bloque de caliza (acción longitudinal). Se aprecian como huellas funcionales un importante redondeamiento y un pulido liso y compacto (magnificación original 135x, MEB microfotografía). Imagen: C. López-Tascón.
En buena parte de las paredes de dicho abrigo hay dos horizontes gráficos realizados mediante grabado. Hemos seleccionado el primero porque sus autores pertenecen a una de las fases más antiguas de la presencia de Homo sapiens en la región Cantábrica, en concreto al llamado Auriñaciense reciente (±31.000 uncalBP), para estudiar las huellas de uso en las mencionadas piezas producidas por su manipulación para grabar sobre la caliza que es la roca soporte de estas grafías. Dicho análisis se ha realizado tanto en piezas experimentales como arqueológicas, y trata de establecer la presencia y carácter de rastros específicos (pulidos, microestrías, etc.) de ese tipo de actividad; de modo que éstos puedan extrapolarse a los restos líticos prehistóricos y así establecer la eventual funcionalidad de los mismos.
- Investigación en el Abrigo de la Viña y la Cueva de Llonín - 2 julio, 2021