En el marco “Actualidad de la investigación arqueológica en España”, organizado por el Museo Arqueológico Nacional en colaboración con la Fundación Palarq
Se realizará el martes 15 de octubre, a las 18h en el MAN y la asistencia es libre y gratuita
¡Fuera de las cuevas! Hábitat neandertal al aire libre en la Región Cantábrica, es la charla que ofrecerá Joseba Ríos Garaizar (CEniEH) el martes 15 de octubre a las 18h, en la sala de conferencias del Museo Arqueológico Nacional (MAN), en el marco del ciclo “La actualidad de la investigación arqueológica en España”
Excavación en los niveles de más de 90.000 años en Aranbaltza III
Una de las grandes preguntas sobre el Paleolítico de la Región Cantábrica se refiere al hábitat de los grupos paleolíticos que habitaron la región. ¿Se desarrolló este en cuevas? O ¿También al aire libre? Los investigadores pioneros en la región, como H. Obermaier o J. M. Barandiarán, plantearon que en la época de las glaciaciones los grupos humanos buscaron refugio en las cuevas, y por tanto desarrollaron buena parte de sus vidas y sus actividades en el interior de las mismas. Para algunos investigadores, sin embargo, esta imagen contrasta de manera muy profunda con la situación en otras regiones vecinas, algunas muy cercanas. Por ejemplo en los alrededores de Bayona desde los años 60 se han recuperado numerosos yacimientos al aire libre, con cronologías que abarcan desde el Paleolítico Medio al Superior. Qué decir de las numerosas excavaciones en torno a Madrid que han proporcionado evidencias de ocupaciones, algunas probablemente especializadas en la fabricación de herramientas líticas, en momentos cercanos al Último Máximo Glaciar. Pero, por supuesto, si queremos encontrar ejemplos más claros no tenemos más que ir al Norte de Francia, donde tenemos lugares de habitación tan emblemáticos, como Étiolles, que se ocuparon durante el frío del Magdaleniense.
Aunque si queremos ejemplos más extremos, podemos ir a cualquiera de los numerosos yacimientos paleolíticos al aire libre de Polonia, República Checa, Ucránia o Rusia. Todos estos ejemplos ponen de manifiesto que los humanos del Paleolítico fueron capaces de hacer frente a los rigores del clima, ocupando de manera exitosa hábitats bastante extremos donde no podían encontrar el refugio de las cuevas. Entonces, ¿Por qué se mantiene la idea de que el hábitat paleolítico en la Región Cantábrica se desarrolla sobre todo en cuevas? Una respuesta simple es que en la Región Cantábrica hay muchas cuevas que conservan ricos registros paleolíticos en un excelente estado de conservación. Si a esto le sumamos la complejidad de las prospecciones al aire libre debido a lo abrupto del terreno y a la abundante vegetación, la difícil conservación de depósitos sedimentarios cuaternarios en ambientes exteriores, y las dificultades administrativas, entendemos porqué hay tan pocos yacimientos paleolíticos al aire libre y cómo esta escasez ha podido condicionar nuestra imagen sobre la vida fuera de las cuevas en el Paleolítico.
Sin embargo, desde los años 80-90 del siglo pasado, distintos arqueólogos se han propuesto confrontar esta imagen y han abordado proyectos de excavación que han revelado un hábitat más intenso al aire libre que el que se pensaba inicialmente. Yacimientos como Cabo Busto, El Habario, El Hondal, La Verde o Kurtzia fueron excavados en estas décadas. Curiosamente todos estos yacimientos tienen cronologías del Paleolítico Inferior o Medio, buena parte de ellos están relacionados a afloramientos de materia prima, y pueden corresponderse con hábitat esporádicos que pudieron darse en épocas o estaciones benignas desde el punto de vista climático. Desde inicios del siglo XXI se han documentado otros yacimientos como Bañugues, Mendieta o Irikaitz, todos ellos con una cronología antigua. Curiosamente en estos últimos años también se recuperan materiales del Paleolítico Superior en yacimientos como Ametzagaina, Irikaitz. Agirremendi o Cuberris, que sugieren la existencia de un hábitat al aire libre también durante momentos del Paleolítico Superior.
Industria lítica chatelperroniense de Aranbaltza II
En este contexto en el año 2013 comenzamos un proyecto de investigación del hábitat paleolítico al aire libre en el yacimiento de Aranbaltza, situado en una antigua cantera de arenas en la costa de Bizkaia, junto a ricos afloramientos de sílex del Flysch. En este yacimiento, prolongación del yacimiento de Ollagorta, sondeado por J. M. Barandiarán en 1959, se conoce la presencia de materiales materiales paleolíticos, que quedó confirmada en el 2003 por una recogida de abundante material chatelperroniense en una escombrera apilada a raiz de una obra de canalización. Desde 2013 hemos excavado de manera ininterrumpida en el yacimiento poniendo de relieve algunos hechos extraordinarios. En primer lugar que en Aranbaltza hay un yacimiento en estratigrafía, bien conservado, con un registro que abarca desde el Pleistoceno Medio hasta el Calcolítico. Además, en Aranbaltza hay algunos contextos sedimentarios excepcionales con una excelente conservación de materia vegetal que tienen una edad de al menos 90.000 años, y que han permitido la recuperación de herramientas de madera fabricadas y usadas por los neandertales. También, en Aranbaltza, hay evidencias de estructuras sencillas de piedra levantadas por grupos de neandertales para acondicionar un lugar de habitación. Por último, en este yacimiento hay un extraordinario nivel de ocupación chatelperroniense, que contiene un conjunto lítico extraordinario por su cantidad, su densidad y su calidad. Estos asentamientos nos hablan de una ocupación constante, aunque discontinua, de un entorno protegido, con agua corriente y zonas inundadas, una rica vegetación y, probablemente, abundancia de recursos alimenticios (animales, plantas comestibles etc.), así como otro tipo de recursos, especialmente el sílex del Flysch. Este tipo de sílex fue especialmente apreciado durante la Prehistoria de la Región Cantábrica y su uso está confirmado en buena parte de los yacimientos del Paleolítico Medio regional y en la práctica totalidad de los yacimientos del Paleolítico Superior, incluyendo algunos tan lejanos como Las Caldas, en Asturias.
Frecuentemente se ha asociado la existencia de yacimientos en torno a afloramientos de sílex como talleres, en los que la principal actividad realizada es la de fabricación de utillaje de piedra para su exportación a otros lugares. Este modelo ha sido testado en otros contextos, por ejemplo la región de Bergerac, en el suroeste de Francia, habiendo quedado demostrado que frecuentemente junto a las actividades de talla se producen otras relacionadas con la vida cotidiana, como el trabajo de madera, el descuartizado de animales, etc., existiendo incluso algunos yacimientos que se corresponden con verdaderos sitios de ocupación. En Aranbaltza tenemos algo muy semejante, durante el Paleolítico Medio hay algunos contextos que parecen talleres de sílex, por ejemplo la US1 de Aranbaltza III, otros que se corresponden con lugares de actividad, como la US5 de Aranbaltza III, mientras que otros serían lugares de habitación temporal, como la USD de Aranbaltza I. Además, aunque el registro lítico disponible tiene algunos elementos que lo vinculan con los yacimientos en cueva de la región, como la presencia de núcleos Levallois que seguramente produjeron lascas Levallois que fueron transportadas a estos hábitats en cueva, pero tiene también muchas diferencias, como la escasez de puntas y raederas, la presencia de un utillaje de fortuna sobre fragmentos naturales de sílex, o la abundancia de perforadores masivos que sugieren un tipo de actividad diferente al de las cuevas.
Por otro lado la ocupación chatelperroniense de Aranbaltza II, tendría un carácter mixto, siendo una actividad importante, pero no la única, la talla de sílex para la fabricación de puntas de Chatelperrón. Estas puntas aparecen después en algunos de los altos de caza de cuevas como Labeko Koba o Ekain en Gipuzkoa, y en yacimientos como Cueva Morín. Curiosamente, el conjunto Chatelperroniense más claro y rico de la Región, con la excepción tal vez del de la Cueva Morín, es el del yacimiento al aire libre de Aranbaltza II. Algo parecido sucede en otros contextos como Bayona, en el que el yacimiento de Le Basté, tiene una ocupación muy relevante al aire libre, mientras que los conjuntos chatelperronienses en cueva en el entorno cercano son más reducidos en tamaño, y encajarían mejor en un modelo de ocupaciones cortas de tipo alto de caza. Un poco más lejos, en la región de Bergerac, nos encontramos con una concentración inusual de yacimientos chatelperronienses al aire libre, algo que se repite al norte, en la región de París, donde recientemente se ha excavado el yacimiento de Ommerson, también al aire libre, relativamente cerca del gran yacimiento de Arcy sur Cure, en este caso en cueva. Parece, por tanto que durante el Chatelperroniense hay una cierta intensidad de los asentamientos al aire libre, lo que sugiere un tipo de hábitat muy particular.
Palo cavador de madera de tejo de Aranbaltza III
En definitiva, el yacimiento de Aranbaltza se une a otros de la Región Cantábrica para enriquecer la visión acerca de la vida de los grupos paleolíticos fuera de las cuevas, y nos ofrece algunos elementos de reflexión. En primer lugar hemos de desterrar la idea de un hábitat exclusivo en cueva, estos grupos humanos habitaron también al aire libre al igual que en la mayor parte de Europa. En segundo lugar hemos de pensar que la ausencia de yacimientos al aire libre, especialmente del Paleolítico Superior, debe responder a problemas de conservación y a la ausencia de programas de investigación geoarqueológicas orientados a la búsqueda de contextos apropiados para que estos yacimientos se conserven. Además, la intensidad de la actividad urbana e industrial en los fondos de los valles no facilita en absoluto el desarrollo de esta línea de investigación. Sin embargo, a pesar de las dificultades logísticas, de lo difícil que puede resultar localizar yacimientos al aire libre, y de lo complejo de algunos de estos contextos, el trabajo en este tipo de yacimientos es muy enriquecedor. Sólo en Aranbaltza hemos localizado varios hitos para la arqueología de la Península Ibérica: las herramientas de madera conservadas más antiguas, el yacimiento chatelperroniense más importante, y uno de los pocos hábitats del Paleolítico Medio con estructuras construidas.
- Conferencia: Fuera de las cuevas! Neandertales al aire libre - 11 octubre, 2019
Gracias por compartir e investigar la historia ancestral, de nuestros antepasados, me fascina la historia sobre todo de la prehistoria. Saludos