CRONOLOGÍA Y DIAGNÓSTICO MOLECULAR DEL SEXO Y PARENTESCO DE INDIVIDUOS INFANTILES DEL YACIMIENTO DE MARIALBA DE LA RIBERA: ANÁLISIS GENÉTICOS Y DATACIONES RADIOMÉTRICAS
Excavación de la tumba 2 (fot A. Gutiérrez 2009).
En el yacimiento arqueológico de Marialba de la Ribera, (Villaturiel, León, España), destaca un edificio basilical, conocido desde las excavaciones realizadas por Helmunt Schlunk y Theodor Hauschild en 1968-1970, quienes lo calificaron como una de las primeras basílicas martiriales de Hispania.
En 2009 iniciamos nuevas campañas arqueológicas, promovidas por la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y León FPHCyL, así como estudios interdisciplinares que continúan actualmente y en los que se enmarcan los análisis que presentamos.
Las fases constructivas del monumento abarcan desde el siglo IV al XV, desde el mausoleo inicial, reconvertido en iglesia bautismal tardoantigua, con un área funeraria que se prolongó hasta el siglo XIV.
De todas las fases cementeriales, suscita gran interés la situada al exterior de la cabecera, donde se concentran y superponen mayoritariamente enterramientos infantiles y perinatales, de época bajomedieval. Precisamente, varios de estos enterramientos de individuos no-adultos presentan la particularidad de ir acompañados con profusos ornamentos: collares y pendientes con cuentas de vidrio y azabache, anillos de bronce o broches de cinturón, lo que confiere un especial significado a estos enterramientos infantiles “vestidos” con ornamentos de cierto valor suntuario; esta peculiaridad, frente al resto de cientos de enterramientos desprovistos de elementos ornamentales, llevó a plantear la hipótesis de que se tratara de niñas de corta edad, pertenecientes a unas pocas familias, quizás emparentadas, y con cierto poder adquisitivo, que murieron en un corto periodo temporal, quizás debido a algún tipo de crisis de mortalidad.
Para dar respuesta a ese interrogante se plantearon los análisis antropológicos y genéticos que constituyen el objeto de este proyecto. Con ese fin, se analizaron los restos óseos de siete individuos con las características indicadas.
Excavación de la tumba 2. Detalle de la inhumación infantil con collar (fot A. Gutiérrez 2009)
Ante la dificultad de determinar el sexo de estos siete individuos no-adultos a través de metodologías morfológicas, debido al escaso nivel de fiabilidad que proporcionan dichos métodos antes de haberse completado el desarrollo y la maduración esquelética, se recurrió al análisis genético para la determinación del sexo y de potenciales relaciones de parentesco. A tal fin, se realizó una selección muestral a partir de 7 individuos, extrayendo dos muestras de cada individuo. De este modo, se pudo realizar el análisis por duplicado, autentificando los resultados obtenidos mediante la replicación de los mismos.
Se extrajo el ADN de cada muestra y se amplificaron por PCR STRs autosómicos, un fragmento del gen de la amelogenina, un InDel de cromosoma Y, y un STR de cromosoma Y, con la finalidad de determinar el sexo de los individuos, así como establecer posibles relaciones de parentesco biológico entre los mismos, utilizando el software Familias V3.1.9.6.
Los resultados obtenidos permiten verificar un diferente grado de conservación del material genético en cada uno de los individuos, ya que se obtuvieron resultados únicamente en 3 de los 7 individuos. Fue posible el establecimiento de un diagnóstico molecular del sexo en los 3, tratándose de un varón y 2 mujeres.
El estudio de relaciones de parentesco apunta a que no existe ningún tipo de parentesco cercano, habiéndose considerado relaciones de: paternidad, hermandad, medio-hermanos y primos, entre los 3 individuos que aportaron resultados.
En suma, los análisis genéticos permiten descartar la hipótesis inicial de que se tratara de un conjunto de emparentados, así como que los ornamentos de collares, pendientes, colgantes o sortijas de vidrio y azabache constituyeran una práctica funeraria exclusivamente femenina. Sin embargo, no era una costumbre extendida a todos los individuos infantiles, pues se realizó sólo en siete de los setenta casos de no-adultos inhumados en el lugar a finales de la Edad Media (c. 1430-1520). Esto obliga a pensar en otras causas no detectables mediante técnicas biométricas o biomoleculares, como pudiera ser el estatus social o económico de unas pocas familias, aunque esa diferencia no se manifiesta en indicadores como tumbas destacadas de las demás; por el contrario, en todos los casos las inhumaciones se depositaron en sencillas fosas indiferenciadas.
Fotografía de las muestras seleccionadas para llevar a cabo el análisis genético.
Adicionalmente, para intentar determinar el sexo del resto de individuos sin resultados moleculares concluyentes, se van a abordar próximamente, en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Burgos), nuevos análisis complementarios de microCT, a partir de las coronas, esmalte y dentina de los caninos.