La tafonomía es una disciplina que viene de la geología que trata de analizar todos los procesos que intervienen en los mecanismos de fosilización afectando tanto a los fósiles en si mismos como a su contexto.
En nuestro caso nos interesa los procesos que premorten y postmorten que afectan a los huesos de los animales que aparecen en los yacimientos arqueológicos.
Los estudios relacionados con la evolución humana pueden estudiarse desde diferentes puntos de vista. Los más conocidos son los análisis paleontropológicos que permiten definir a través del descubrimiento de fósiles que homínidos fueron nuestros antepasados. A través de la diversa gama de estudios paleoambientales se puede estudiar cómo era lemdio ambiente y el clima en el pasado y como ello condiciono nuestra evolución y nuestra adaptación al medio. Los estudios arqueológicos podemos estudiar la cultura material utilizada por las poblaciones del pasado y por extensión su comportamiento. Aquí es donde entra nuestra línea de investigación.
Los yacimientos fósiles pueden ser exclusivamente paleontológicos, aquellos en los que no hay intervención humana y los arqueológicos que son aquellos lugares en los que hay evidencias de actividad humana.
Llegados a este punto en los yacimientos arqueológicos pueden haber huesos de animales que pueden ser o no aportados por el ser humano del pasado. De manera que es frecuente encontrar yacimientos con mezclas de materiales aportados por humanos y en ocasiones también por carnívoros en episodios independientes aprovechando fases en los que los humanos no ocuparon esos yacimientos.
A través de la tafonomía se pueden separar y clasificar que animales fueron aportados por humanos y cuales lo fueron por carnívoros, o por otros procesos naturales no antrópicos. Incluso a partir de los estudios tafonómicos se puede saber si sobre un mismo animal intervinieron varios agentes, ejemplo, humanos, carnívoros y roedores e incluso determinar el orden de intervención de cada agente.
Las principales evidencias que nos permiten demostrar que el ser humano intervino sobre los animales del pasado, son las marcas que dejamos sobre los huesos al comernos la carne o el tuétano. Estas marcas son lo que llamamos marcas de corte (para la evisceración, desollado, desarticulación y descarnación) y marcas de percusión (para romper el hueso).
Si puede resultar sorprendente toda la información que se puede sacar a partir de unas marcas, a través de las nuevas tecnologías se le puede sacar todavía mucha más información al estudio de las marcas en los huesos, y aquí es donde nace nuestro proyecto.
A través de la utilización de nuevas tecnologías –fotogrametría-morfometría geométrica- hacemos una documentación tridimensional de las marcas, de modo que de cada marca se hace una deconstrucción tridimensional. A continuación de la documentación de las marcas y mediante una serie de analíticas biométricas se aplica machine learning, Deep learning y estadística avanzada permitiendo responder a cuestiones concretas.
Nuestro estudio permite abordar tres cuestiones que consideramos importantes y que ayudan a responder aspectos del comportamiento humano de las poblaciones del pasado.
- Los seres humanos al comerse la carne de los animales deja marcas de corte, pero ¿Qué herramientas utilizaron para procesar la carne de esos animales?, ¿hubo materias primas preferentes en el aprovechamiento de los animales?
A través de la reconstrucción tridimensional de las marcas y apoyándonos en una serie repetida de experimentos podemos saber si una marcas de corte se produce con un tipo y otro de sílex, cuarzo, cuarcita o roca volcánica. Cada materia prima deja marcas de una morfología determinada. A través de nuestra analítica podremos saber que materia prima utilizaron los humanos del pasado para el aprovechamiento de los animales. Esto mismo puede hacerse para el análisis de las herramientas empleadas en el aprovechamiento de los animales.
- Hemos dicho que en los yacimientos una vez que eran abandonados por los seres humanos, los carnívoros podían ocupar esos sitios, provocando una alternancia en la ocupación de los yacimientos. Los carnívoros al comer la carne de sus presas o al carroñear los restos abandonados por los humanos, muerden los huesos dejando marcas de diente. A través del análisis de las marcas de diente podemos diferenciar con una fiabilidad superior al 95% que carnívoro manipulo un hueso. Estudios así lo hemos aplicado a nivel experimental y también hemos llegado a diferenciar en un 100% de los casos marcas producidas por perro o lobo. Esto es importante porque en función del carnívoro que intervenga en un yacimiento arqueológico, las implicaciones paleoecológicas son diferentes.
- Por último en ocasiones los huesos de los yacimientos pueden quedar expuestos a la intemperie cierto tiempo, durante ese periplo de tiempo, animales, humanos, o los propios sedimentos arrastrados por el viento pueden arañar las superficies de los huesos provocando unas marcas que conocemos como marcas de pisoteo o trampling. Este pisoteo se puede producir en cualquier momento, en el mismo momento de las ocupaciones humanas o meses después. A través de análisis de trampling podemos determinar si el trampling se produjo en momentos tempranos después de la muerte del animal o meses después. Esto es importante porque el tipo de trampling nos dará una información relevante sobre el tiempo que tardo el hueso en ser enterrado y por tanto a conocer el grado de alteración que haya podido tener el yacimiento antes de su enterramiento. Esto nos permitirá saber cómo de relevante es la información que proporciona dado sitio.
Estas tres líneas de investigación nos permitirán valorar la integridad de cada yacimiento, saber que carnívoros intervinieron en los sitios y determinar que estrategias de comportamiento plantearon los seres humanos cuando procesaban carcasas animales.
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