Investigaciones arqueológicas en San Salvador de Kelang, Keelung, Taiwán: génesis y desarrollo de una colonia española del siglo XVII en Asia-Pacífico
En la pequeña isla Heping, frente a la costa de Keelung (Taiwán), se funda en 1626 la colonia española de San Salvador de Quelang, uno de los establecimientos coloniales que la Monarquía española implanta en la costa norte taiwanesa para controlar la amenaza holandesa que asediaba Manila, fundar nuevos puertos comerciales y avanzar la evangelización de la región entera, fundamentalmente de China y de Japón. Es en este emplazamiento donde se desarrolla desde el año 2011 un proyecto hispano taiwanés de investigaciones arqueológicas codirigido por la Dra. María Cruz Berrocal (IIIPC, Universidad de Cantabria) y el Dr. Tsang Chenghwa (National Tsing Hua University, Hsinchu, Taiwan).
Limpiando los restos constructivos de la iglesia de San Salvador © Investigaciones arqueológicas en San Salvador de Kelang, Keelung, Taiwán
La parcela donde se localiza el área de actuaciones arqueológicas, en pleno centro urbano, ha preservado claras evidencias de la colonia española, con la localización de parte de la cimentación de la iglesia dominica de Todos los Santos, enterramientos asociados a la colonia europea –española primero y holandesa después- así como importantes indicios del poblado aborigen emplazado en el lugar donde se asentó el convento colonial. Además, se ha excavado una completa estratificación preexistente al periodo de los primeros contactos y colonial que nos está permitiendo conocer las características del asentamiento prehistórico, cuyos orígenes se remontan al Neolítico Medio (h. 4000 años), con viviendas tipo palafítico, ajuares cerámicos completos localizados in situ y un interesante repertorio de industria y ornamentos líticos, incluyendo nefrita (jade) de un importante afloramiento taiwanés que se intercambió con gran parte de la región. De gran interés ha sido la documentación de evidencias vinculadas con la metalurgia del hierro que permiten sugerir su desarrollo autóctono, ajeno a su introducción desde China, que constituye la narrativa común entre los prehistoriadores taiwaneses. Las características del yacimiento de Hoping Dao (HPD-B), con un registro arqueológico excepcional, permite construir una narrativa alternativa que da más importancia a la continuidad a lo largo de toda la prehistoria.
No menos interesante es la constatación, en un momento aún impreciso, de contactos entre los nativos taiwaneses y comunidades chinas continentales y del sudeste asiático. Estos primeros contactos se concretan en la introducción de cerámicas procedentes del continente (piezas de vajilla y grandes contenedores). Determinar cuándo se establece esta relación es clave para entender las dinámicas prehistóricas taiwanesas, y la disciplina en la isla da gran importancia a estos contactos que sin embargo sería posible minimizar desde un punto de vista sociológico e histórico para dar más peso a las sociedades indígenas.
De la colonia de San Salvador conocemos por documentos su fuerte clásico del siglo XVII, de planta cuadrangular y bastiones en cada esquina, así como sus tres fuertes auxiliares más distribuidos por la pequeña isla. Como se ha mencionado, se han recuperado abundantes restos de la iglesia-convento del asentamiento, construida en piedra y de estilo y tamaño similar a iglesias españolas de la península y América. Se trata de una iglesia de planta basilical con cabecera de planta cuadrangular/rectangular sobresaliendo al exterior y dotada de consistentes contrafuertes al exterior. La estructura se dispone según un eje norte-sur y está realizada con sillares de arenisca en los paramentos dispuestos en aparejo pseudoisónomo y mampostería irregular formando parte del núcleo de la construcción.
Por primera vez en el área de Asia-Pacífico se han documentado enterramientos coloniales asociados a los momentos iniciales del proceso de colonización, tanto en el interior de la iglesia como en el cementerio anejo. Durante la pasada campaña se han localizado nuevos enterramientos que se suman a los ya excavados: cuatro en el interior, tres orientados norte-sur y uno orientado este-oeste, y cinco en el área cementerial exterior, cuatro orientados este-oeste, uno norte-sur así como un enterramiento infantil en vasija según rito indígena, también en el cementerio exterior. Las orientaciones podrían proporcionar información sobre la fase colonial a la que pertenecen los enterramientos, aunque es una cuestión aún en estudio. Otras evidencias podrían dar información sobre estas fases (española u holandesa): en una de las inhumaciones localizadas en el interior de la iglesia se ha recuperado un fragmento de un colgante crucifijo de bronce que pudiera ser una cruz de Caravaca a juzgar por sus característicos extremos lobulados en el fragmento conservado.
Eva Redondo, miembro del equipo español, realiza la fotogrametría de uno de los enterramientos © Investigaciones arqueológicas en San Salvador de Kelang, Keelung, Taiwán
Se están llevando a cabo análisis de ADN e isótopos sobre los restos humanos recuperados, que indican en primera instancia la presencia de europeos y otras poblaciones locales y de Asia-Pacífico enterradas en el cementerio de Heping Dao. La investigadora Selina Carlhoff (Max Planck Institute, Jena, Alemania) se ha desplazado a Heping Dao este año para extraer muestras de hueso petroso para subsiguientes análisis.
El análisis exhaustivo de las muestras arqueobotánicas merecen igualmente una especial atención. Los trabajos de flotación han sido supervisados por el Dr. Alexandre Chevalier (Royal Belgian Institute of Natural Sciences) ya que es preciso avanzar en el conocimiento sobre la expansión de las especies domésticas durante el neolítico y la introducción de nuevas especies por los colonos europeos, tema que despierta gran interés en la arqueología del Pacífico.
La superficie del aparcamiento donde se realizan las excavaciones ha pasado a ser declarada zona protegida de interés arqueológico. El consistorio, en colaboración con el gobierno central de Taiwán, está desarrollando un proyecto para levantar en el sitio un centro de interpretación con parte de los restos arqueológicos localizados conservados in situ. El yacimiento lo merece ya que los restos conservados y excavados son únicos en Taiwán, Asia-Pacífico, y el Pacífico en general. Así, el desarrollo de este proyecto ha permitido recuperar un legado histórico que había permanecido inédito hasta el inicio de las actuaciones arqueológicas en el año 2011.