Un estudio publicado recientemente en Quaternary Science Reviews evidencia la influencia de las ocupaciones humanas en el medio natural ya en el Neolítico
Hace 14.000 años, las sociedades cazadoras y recolectoras comenzaron a modificar sus formas de vida para convertirse, cuatro milenios más tarde, en agricultoras y ganaderas sedentarias; es lo que conocemos como Neolítico. Estos cambios suponen uno de los avances más significativos en la evolución humana, pues entonces se pusieron las bases para el surgimiento de las civilizaciones. Por primera vez, estas transformaciones tuvieron lugar en Próximo Oriente (Israel, Palestina, Siria, Líbano, Irak, Irán y Turquía), zona a partir de la cual las nuevas formas de vida se expandieron hacia Europa, Norte de África y Asia.
Sabemos que en el Neolítico se estableció un nuevo tipo de relación entre las comunidades humanas y la naturaleza, implicando un mayor control del medio natural. Sin embargo, apenas se conoce hasta qué punto las primeras poblaciones agrícolas y ganaderas pudieron afectar al medio vegetal circundante. ¿Se trataba realmente de sociedades que vivían en idílica armonía con el entorno como se supone a menudo?
Un equipo de arqueólogos coordinados desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y dirigido por el Prof. Juan José Ibáñez lleva más de diez años trabajando en Próximo Oriente (Siria, Líbano y Jordania) para conocer cómo y por qué las poblaciones humanas se sedentizaron y comenzaron a vivir de la agricultura y de la ganadería. Entre los yacimientos excavados en Siria con anterioridad al inicio del conflicto civil se encuentra Tell Qarassa, poblado neolítico con una cronología que abarcaría desde mediados y hasta finales del 9º milenio antes de Cristo. En un estudio liderado por Amaia Arranz, de la Universidad de Copenhague, recientemente publicado en la revista Quaternary Science Reviews, este equipo ha estudiado cómo cambió el entorno natural del asentamiento durante los 400 años aproximadamente que duró la ocupación.
La investigación ha demostrado que la cubierta vegetal circundante se vio poco afectada durante los primeros 300 años de vida del poblado. Sin embargo, desde finales del 9º milenio se observan claros indicadores de que el entorno comenzó a sufrir las consecuencias. Ello se debió, en parte, a cambios ambientales, probablemente como resultado del impacto de una pulsión climática fría y húmeda que tuvo lugar hacia 8.200 a.C., pero también a la actuación humana. Así, en esos momentos se observa una disminución de la cubierta arbórea y un aumento de los indicadores de antropización del entorno.
El mismo estudio demuestra que las actividades de las primeras sociedades agrícolas y ganaderas pudieron afectar significativamente a la cubierta vegetal alrededor de los poblados con mayor intensidad de lo que suponíamos hasta ahora. Ello sumado a las necesidades de obtener combustible redujeron la cubierta arbórea y aumentaron la proporción de las especies vegetales que aparecen en suelos antropizados.
El abandono
El poblado fue abandonado poco después de que se detectan estas alteraciones del entorno vegetal, a finales del 9º milenio a.C., y el lugar no volvió a ser ocupado hasta 1.200 años más tarde. “Es probable que la modificación de los alrededores del poblado fuera un factor que empujara a este abandono. De hecho, se ha observado que estos primeros poblados sedentarios se dejaban después de varios siglos de ocupación”, comenta el Dr. Juan José Ibáñez, uno de los científicos firmantes del artículo y responsable del proyecto de investigación sobre Tell Qarassa, que cuenta con la ayuda económica de la Fundación Palarq.
“Dicho estudio sugeriría que estos ritmos de utilización y abandono podrían estar causados por la pérdida de recursos vegetales en el entorno del poblado, lo que aconsejaría un cambio en el lugar de asentamiento”, añade el mismo profesor.
El equipo multidisciplinar que ha llevado a cabo esta investigación ha obtenido los datos a partir del análisis de restos vegetales carbonizados, microrestos de plantas (polen y fitólitos) y análisis de isótopos de carbono.
Referencia bibliográfica
Arranz-Otaegui, A.; López-Sáez, J.A; Araus, J.L; Portillo, M.; Balbo, A.; Iriarte, E.; Gourichon, L.; Braemer, F.; Zapata, L.; Ibáñez, J.J. (2017). “Landscape transformations at the dawn of agriculture in southern Syria (10.7-9.9 ka cal. BP): Plant-specific responses to the impact of human activities and climate change”. Quaternary Science Reviews 158, 145-163.
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Maravilloso estudio!
Sirve para rediseñar los nuevos asentamientos humanos, de forma sostenible y en Armonìa con la Naturaleza.
De ahì parte, nuestra Propuesta de PRIMMAR/PROGRAMA para una RED INTEGRAL MODULAR MUNDIAL de ASENTAMIENTOS RURALES.
Muchas Gracias!!
primmar.ar