La arqueología en primera persona
Como director de la expedición arqueológica de la UAH, es una responsabilidad inmensa trabajar en Egipto bajo los auspicios de la Universidad de Alcalá, con un equipo tan diverso y con tanto potencial, y con unos objetivos tan ambiciosos para nosotros y la disciplina. Además, nuestro compromiso con la UAH y con las organizaciones que han financiado esta cuarta campaña, entre ellas la Fundación Palarq, constituye un vínculo que exige excelencia y competitividad, sobre todo porque queremos responder a esa confianza con esfuerzos y resultados importantes. Sin duda alguna, si no fuese por la Fundación Palarq y otras organizaciones que apoyan la investigación en Humanidades y facilitan el desarrollo de proyectos a escala internacional, no podríamos estar en Egipto ni conseguiríamos reunir una información tan relevante para nuestras investigaciones.
El proyecto Middle Kingdom Theban Project consiste en la documentación, estudio y publicación de una serie de tumbas en las necrópolis de Deir el-Bahari y Asasif en la antigua Tebas. Las tumbas que están incluidas en nuestra concesión pertenecen a altos cargos de la administración de Egipto que vivieron en un momento de cambios trascendentales (a finales de la Dinastía XI y principios de la XII), cuando el monarca Mentuhotep II consiguió reunificar el país y dar forma a los orígenes del periodo clásico egipcio. Nuestro equipo es responsable del estudio de cuatro tumbas de la necrópolis donde se enterraron los grandes oficiales que orquestaron esta nueva etapa, y entendemos como una gran responsabilidad responder a las incógnitas y cuestiones que se tienen de este periodo con nuestras excavaciones, investigaciones y trabajos.
Como director de este proyecto i+D+i reconocido por el MINECO no puedo tener más que palabras de agradecimiento por el esfuerzo, paciencia y sacrificio de nuestro equipo, un equipo internacional con miembros de ocho países y con especialistas en numerosos campos: arqueología, epigrafía y filología, ceramología, palinología, geología, arquitectura, medicina forense y momificación, conservación y restauración, fotografía, dibujo, etc. Esta campaña, que se retrasó un poco al inicio debido a la falta de los permisos oficiales, ha sido realmente intensa, con días de trabajo completos desde las 6 AM hasta las 4:30 de la tarde y semanas con siete días de excavaciones; en este sentido, el equipo no sólo no ha notado esta circunstancia sino que ha trabajado de modo excelente, preparando materiales, estudiando e investigando los hallazgos, considerando nuevas hipótesis de trabajo para la necrópolis y sus monumentos y, en suma, respondiendo a los objetivos planteados originalmente sin que dejar que afectase la pérdida de unos días de trabajo de campo. Todos sabemos que trabajar en otro país, con otras reglas, normas, culturas o lenguas puede ser complicado, pero saber adaptarse y superar las adversidades forma parte del talante de un equipo que quiera conseguir buenos resultados y aportar a la ciencia.
La fascinación y pasión de aquellos que hemos encontrado en la arqueología un campo profesional no tiene parangón. La arqueología egipcia, además, vive aún con cierto retraso las innovaciones acaecidas en otras “arqueologías” y países y aún se asemeja, en cierto modo, a las excavaciones del siglo XIX, lo que en cierta manera sigue llenando de encanto y exotismo nuestro trabajo diario. Trabajar con cien obreros supone un esfuerzo brutal en términos de observación, seguimiento y análisis científico, pero para ello nuestro equipo cuenta con casi una decena de arqueólogos que supervisan cada uno de los sectores en los que se inicia un trabajo. Por otro lado, el trato con los egipcios es siempre cordial y no hay duda de que destacan por ser gente amable, cariñosa y divertida. Si a todo ello añadimos las experiencias iniciales de nuestros alumnos en prácticas, que trabajan por primera vez en Egipto y a quienes les fascina todo lo que ven a su alrededor, entonces la sensación de que estamos ante una tarea ingente, impresionante, con pinceladas de aventura, pero realmente significativa para la disciplina y el público general crece cada día.
Como impresión personal, creo sinceramente que la gran oportunidad que nos ofrece nuestra relación con el MINECO y la Fundación Palarq no se limita a utilizar sus recursos y apoyos sino también a responder con toda nuestra capacidad científica, investigadora, docente y de difusión para lograr que otros proyectos, instituciones y personas consigan disfrutar de las mismas condiciones que organizaciones como la Fundación Palarq ha tenido a bien otorgarnos a nosotros en esta ocasión.