El yacimiento paleontológico de Quibas (Abanilla, Murcia) ha aportado desde su descubrimiento restos fósiles de más de 70 especies de vertebrados del final del Pleistoceno inferior.
Se trata de un yacimiento kárstico cuya importancia radica en la gran diversidad faunística, excelente conservación de restos y la propia edad que representa.
Los análisis de paleomagnetismo desarrollados en la sección de Quibas-Sima muestran un episodio inverso en los niveles QS-1 y QS-2 que cambia a normal en el resto de la sección.
Recuperación de pelvis de équido en el yacimiento de Quibas (octubre 2019). Autor: Pedro Piñero.
Dadas las constricciones bioestratigráficas, la sección de Quibas-Sima registra el tránsito entre el cron inverso Matuyama superior y el cron normal Jaramillo. Por tanto, la edad de Quibas puede ser constreñida entre 1,2 y 0,99 Ma. Las secuencias que registran el cron normal Jaramillo y que además ofrezcan contenido fosilífero son verdaderamente escasas en Europa. El estudio del yacimiento de Quibas ofrece por tanto una oportunidad única para analizar los eventos faunísticos y climáticos que tuvieron lugar en Europa durante el tránsito Pleistoceno inferior – Pleistoceno medio. Esta particularidad permite obtener información paleoambiental del sur de la Península Ibérica en un momento que hasta hace poco no se tenía registrado en el continente.
La finalidad del proyecto es la de esclarecer la serie de eventos faunísticos y climáticos acaecidos durante la parte final del Pleistoceno inferior, desde los crones Jaramillo a Brunhes, cronología en la que aparecen las primeras evidencias de ocupación humana en Europa (Orce y Atapuerca). El proyecto de analíticas de la Fundación Palarq contempla la realización de análisis de isótopos estables de carbono y oxígeno usando el esmalte de dientes grandes vertebrados. Con ello se pretende aportar datos de interés paleoecológico de la Sierra de Quibas durante el Pleistoceno inferior, así como de la evolución climática a través de los diferentes estratos. Así, se podrá contextualizar el entorno ambiental de los primeros humanos que poblaron Europa y comparar nuestros resultados con los de los yacimientos de la Península Ibérica de edad próxima a Quibas y que han ofrecido las primeras evidencias de dicha ocupación humana (Fuente Nueva 3 y Barranco León en Orce, y Sima del Elefante en Atapuerca).
Labores de excavación sistemática en el yacimiento de Quibas (mayo 2021). Autor: Pedro Piñero
Los análisis de isótopos estables aportarán información detallada de las condiciones de vida de los animales y el hábitat en que vivían. La señal isotópica conservada en los dientes y tejidos óseos proporciona evidencia directa de la ecología y fisiología de los animales extintos, independientemente de su taxonomía. Las señales isotópicas en los conjuntos fósiles están vinculadas al agua y los alimentos consumidos por los animales, lo que representa un reflejo muy certero de sus condiciones de vida. Los valores isotópicos secuenciales de δ 18O en el esmalte dental (tanto de fuentes de fosfato como de carbonato) pueden proporcionar un registro detallado de las variaciones estacionales en un corto período de tiempo de la vida de un solo animal. Las relaciones de isótopos estables de oxígeno en bioapatito representan los valores de δ18O del agua bebida y el agua ingerida a partir del consumo de plantas.
Al mismo tiempo, los valores de δ13C co-analizados de muestras de bioapatito proporcionan información sobre los cambios estacionales en el consumo de carbohidratos y vegetales para las especies herbívoras. En el caso de los herbívoros, las señales de carbono se derivan de plantas ingeridas. Por lo tanto, su composición isotópica variará, primero, debido al tipo de vía metabólica de las plantas, pero también, debido a factores específicos de la especie y las condiciones de crecimiento prevalecientes de las plantas ingeridas.
Jordi Agustí (izquierda) y Pedro Piñero (derecha), actuales directores de Quibas, junto a Miguel Ángel Mancheño, primer director del yacimiento (mayo 2021). Autor: Concepción Hernández.