En el marco “Actualidad de la investigación arqueológica en España”, organizado por el Museo Arqueológico Nacional en colaboración con la Fundación Palarq
La conferencia se realizará el martes 21 de enero, a las 18h en el MAN y la asistencia es libre y gratuita
La Cova des Pas (Ferreries, Menorca), un yacimiento excepcional de la prehistoria mediterránea es la charla que ofrecerá José María Fullola Pericot (Director del SERP, Universidad de Barcelona) el martes 21 de enero a las 18h, en la sala de conferencias del Museo Arqueológico Nacional (MAN), en el marco del ciclo “La actualidad de la investigación arqueológica en España”
Mano de uno de los individuos inhumados en la Cova des Pas agarrando restos de su propio pelo
La conferencia incidirá en los elementos arqueológicos descubiertos durante la excavación de la Cova des Pas, en Ferreries, Menorca. En principio los trabajos se plantearon como la excavación de una cueva sepulcral más, pero pronto se vió que nos encontrábamos ante una serie de elementos orgánicos excepcionalmente conservados que podían darnos indicaciones de gran valor para conocer los rituales de enterramiento de una sociedad de la Edad del Bronce.
La aparición de restos humanos, en una cantidad cercana a los setenta, se hizo excepcional al ir identificando, a lo largo de la campaña de urgencia que comportó el vaciado total de la pequeña cueva sepulcral, elementos como musculatura, meninges, coprolitos, pulmones y cabellos. Si a ello sumamos restos vegetales como parihuelas o acumulaciones de plantas olorosas, junto a cuerdas y sudarios hechos de piel vacuna que explican las técnicas de enterramiento, tendremos como resultado un excepcional hallazgo, aún poco conocido pese a los numerosos artículos ya aparecidos sobre el tema.
Cráneo del individuo nº 1, en el que destacan restos de pelo en la parte superior y la trenza con el pasador de estaño puro a la derecha
Las analíticas que un amplio equipo de investigadores ha ido haciendo sobre esos restos en la última década han permitido llegar a la certeza de saber cómo fueron enterrados todos los muertos, que aparecen en posición fetal a causa de haber sido envueltos en unos sudarios de piel animal, y atados con cuerdas de esparto, elementos recuperados por primera vez en dicha excavación. También sabemos de la preparación de los cadáveres, del tratamiento del pelo con sustancias colorantes y aceites, de los depósitos florales en el interior de los fardos, de su forma de transporte hasta la cueva, en parihuelas de madera, recuperadas aquí por primer vez, o del ADN. Las paleopatologías son evidentes, y diversos estudios especializados han tratado el tema en profundidad. También hay publicados estudios concretos sobre las cuerdas de esparto y los escasos elementos metálicos de bronce que acompañaban a los muertos.
Todo ello conforma un conjunto de elementos arqueológicos de gran importancia para conocer en detalle los rituales de enterramiento de una sociedad del Bronce final que vivió en la zona occidental de la isla de Menorca a finales del segundo milenio y a principios del primero a.C.