Los datos obtenidos en Ibo podrían convertir este yacimiento en un referente para el estudio de esta cultura, hasta ahora muy centrado en Kenia y Tanzania
Las relaciones comerciales entre poblaciones de áreas geográficas muy diversas es una línea de investigación muy importante para conocer las interacciones que a lo largo de la historia se han producido entre las distintas culturas y grupos humanos que se han ido sucediendo. En este contexto la cultura Swahili es uno de los temas más importantes en la historia de la arqueología de África oriental y de todo el Océano Índico. El surgimiento y expansión de una cultura urbana, musulmana y orientada al comercio, que actuó como intermediaria en las grandes rutas comerciales que comunicaron África, el Mediterráneo, Oriente Próximo y Asia, ha atrapado la imaginación y ha provocado un sinfín de publicaciones, excavaciones y estudios lingüísticos desde hace décadas. Sin embargo, existe una enorme desproporción entre el conocimiento que tenemos acerca de los Swahili de la zona central –Kenia, Tanzania-, muy abundante, y el enorme vacío observado en su extremo sur de Mozambique, en cuya zona sólo se ha investigado en profundidad un yacimiento y donde la región norte del país apenas está estudiada arqueológicamente.
Con el fin de obtener datos que llenen satisfactoriamente este vació se desarrolla un proyecto de investigación en las islas Quirimbas (provincia de Cabo Delgado, norte de Mozambique) codirigido por la Dra. María Luisa Ruiz-Gálvez Priego, profesora titular del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid; el catedrático del mismo departamento, Dr. Víctor Manuel Fernández Martínez, y el Dr. Jorge de Torres, del Departamento de África, Oceanía y las Américas del Museo Británico.
El trabajo en Mozambique se engloba dentro de un proyecto más amplio que estudia el comercio internacional en África Oriental en Mozambique y Somalilandia y las interacciones entre comerciantes extranjeros y comunidades locales en los dos extremos del Océano Índico. El trabajo de campo comenzó en 2015 y desde entonces se han realizado tres campañas de prospección y excavación en varios yacimientos de tres de las islas, con el fin de saber las cronologías a través de los materiales arqueológicos y los análisis de Carbono 14, así como recogiendo muestras faunísticas, palinológicas y carpológicas que permitan reconstruir las condiciones medioambientales y económicas en que vivieron las poblaciones swahili del archipiélago.
Hasta el día de hoy, se ha podido saber que las islas de Ibo, Quirimbas y Matemo albergaban algunos de los yacimientos más importantes de la región, pues en estas dos últimas se ha confirmado la existencia de restos arquitectónicos de origen Swahili, algunos de ellos de entidad como la mezquita documentada en Matemo, y numerosas tumbas islámicas, algunas con paralelos en yacimientos keniatas.
En Ibo el principal descubrimiento ha sido la localización de un área del yacimiento en el que se ha documentado un suelo de ocupación in situ, esto es, con los materiales situados en su contexto original, básicamente abundante cerámica, restos faunísticos, cuentas de collar, las primeras monedas Swahili localizadas en Mozambique, cerámica de origen persa, árabe y chino, además de un gran número de fusayolas o piezas de cerámica relacionadas con la fabricación de tejidos. Estas últimas son especialmente interesantes ya que las crónicas portuguesas describen las islas Quirimbas como productoras de tejidos muy valorados por los reyes del interior del continente. Cabe recordar que en el siglo XVI la región fue conquistada por los portugueses.
La localización de un suelo de ocupación intacto es un hallazgo excepcional, que unido al resto de información obtenida a través del estudio de la cultura material, el análisis de las muestras faunísticas y vegetales y la contrastación con las fuentes escritas puede convertir a Ibo en un yacimiento de referencia para la arqueología Swahili, hasta ahora muy centrada en Kenia y Tanzania. Estos hallazgos han de facilitar entender mejor el mundo en el que se desenvolvieron las comunidades swahili de las Quirimbas desde el punto de vista de la cultura material, pero también desde una perspectiva económica y ambiental. Ello será posible gracias al análisis de una enorme cantidad de fragmentos de cerámica con una riqueza de decoraciones excepcional obtenidos en la zona, que incluyen objetos importados, como algunas piezas procedentes de China y Oriente Medio.
En este suelo de ocupación lo más importante hasta el momento ha sido la excavación de los restos de una cabaña antigua Swahili. Descubierta en 2016, fue recuperada completamente en la excavación de 2017. Los restos se hallaban todavía en su posición original, tanto fragmentos cerámicos (algunos de vasijas casi enteras) como restos de fauna (de tortuga y de grandes bóvidos) y numerosos restos de conchas marinas. Este hallazgo es excepcional en toda el África sub-sahariana, donde las condiciones climáticas de temperatura y humedad suelen provocar que la mayoría de los yacimientos estén completamente revueltos. Una datación realizada con el método Carbono 14 sobre una muestra de hueso hallado en la cabaña sugiere que ésta fue construida entre los siglos VIII y X d.C., lo que coincide a grosso modo con los datos de cerámicas importadas de Arabia y Persia; a su vez supone uno de los hallazgos más antiguos de toda la cultura Swahili en la costa oriental africana, pues la mayoría de los grandes centros Swahili tiene una cronología que se sitúa a partir del siglo XII.
Además, se han identificado también más de 500 cuentas de cristal, concha o hueso, dos de ellas excepcionales, una de ágata y otra de oro, única en la región, así como algunos útiles relacionados con la fabricación de las mismas. La cuenta de oro, analizada por la Dra. Alicia Perea del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es de metal bruto, confirmando la hipótesis de que llegaba desde el Zambeze interior en ese estado para refinar en la costa.
Se dispone también de un gran número de restos de fauna (mamíferos, peces o moluscos) y de restos de semillas, que van a arrojar luz sobre las actividades económicas y de subsistencia de las comunidades que habitaron las islas Quirimbas antes de la llegada de los portugueses. El análisis de los huesos de pescado, realizado por el Dr. Arturo Morales de la Universidad Autónoma de Madrid, indica una diferencia importante: en la cabaña excavada las especies son de mayor tamaño y proceden de mar abierto, mientras que otra de las catas, fechada varios siglos después, son de menor tamaño y proceden de los manglares próximos a la costa. Este cambio podría ser debido a una sobreexplotación del medio en el período inmediatamente anterior a la llegada de los portugueses.
Se prevé realizar una nueva campaña de excavación el próximo junio en el entorno de la mezquita de la isla Matemo; aunque las ruinas pueden ser ya de época portuguesa, es muy probable que bajo ella se encuentren restos anteriores y tan antiguos como los de Ibo. Asimismo, se continuará la colaboración con la Fundación Ibo de Barcelona, en el marco de un proyecto europeo de uso de los recursos naturales y culturales de la zona para el desarrollo territorial y la participación comunitaria.
El proyecto se financia con el programa de ayuda a la investigación científica del Ministerio de Economía y Competitividad, las aportaciones anuales a proyectos arqueológicos en el exterior del Instituto del Patrimonio Cultural de España (Dirección General de Bellas Artes, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) y la Fundación Palarq.
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Mirar hacia Mozambique era precisamente lo que estaba pensando cuando vi l apublicación de El País en el que hacen referencia a una gran construcción bantú allí mismo. Es formidable. Sabía yo que Sabá no podía estar en Etiopía. Etiopía es Etiopía y Saba es Saba. Para mí esto da muy buen sabor de boca respecto a que muy posiblemente en Tanzania-Kenia exista la posibilidad de hallar Saba. Y ya decía que es una estafa el hallazgo con LIDAR en Sudáfrica de unos potreros de madera. Haciendo creer a la gente decente que África era una especie de reproducción de la serie de los Picapidras. Bién por Saba. Gracias.