En el marco “Actualidad de la investigación arqueológica en España”, organizado por el Museo Arqueológico Nacional en colaboración con la Fundación Palarq
La conferencia se realizará el martes 10 de diciembre, a las 18h en el MAN y la asistencia es libre y gratuita
Entre dos mares. Cova Eirós, la extinción de los Neandertales y la llegada de los humanos modernos en el Noroeste es la charla que ofrecerán Arturo de Lombera Hermida (GEPN-AAT, USC), Xose Pedro Rodríguez Álvarez (IPHES, URV) y Ramón Fábregas Valcarce (GEPN-AAT, USC) el martes 10 de diciembre a las 18h, en la sala de conferencias del Museo Arqueológico Nacional (MAN), en el marco del ciclo “La actualidad de la investigación arqueológica en España”
Interior de la Cueva de Eirós durante una de las campañas de excavación
Históricamente, la investigación paleolítica en la comunidad gallega no ha gozado de la vigencia que sí ha tenido en otras regiones cantábricas. Este hecho se debe a varios factores y particularidades que definen el Noroeste Ibérico: desde aspectos litológicos a debates historiográficos y académicos. Por estas razones el Noroeste casi siempre aparecía como un vacío en los mapas del Paleolítico peninsular. No obstante, este panorama ha cambiado en las últimas décadas.
Uno de los principales descubrimientos es el yacimiento de Cova Eirós. La cavidad se emplaza en un pequeño macizo cárstico de Triacastela, en el interior de las montañas lucenses. Inicialmente conocida por sus hallazgos paleontológicos, las intervenciones arqueológicas iniciadas en 2008 pusieron de manifiesto la existencia de la una larga secuencia sedimentaria que comprende desde las ocupaciones de neandertales del Paleolítico medio (50.000 años), a silos y vasijas de almacenaje de la época medieval (Siglos X-XVI).
El principal interés de esta cavidad reside en su importancia para comprender el proceso de extinción de los Neandertales en la Cornisa Cantábrica. Las dataciones radiométricas de los niveles del Paleolítico medio final y Paleolítico superior inicial indican la pervivencia de estos grupos de neandertales hasta hace 42-40.000 años. Fechas en las que los grupos de Homo sapiens ya había poblado regiones próximas como el valle del Nalón en Asturias. No será hasta unos milenos después, cuando se documente la llegada de los primeros Homo sapiens.
El estudio de las evidencias paleoambientales, tecnológicas y cronológicas de los diferentes niveles de Cova Eirós permite acercarnos a las dinámicas poblaciones y a las estrategias de adaptación de estas dos especies de homínidos. Por un lado, su localización en un entorno montañoso próximo a los principales sistemas glaciares del Noroeste, nos habla de la flexibilidad en las estrategias de movilidad y subsistencia de estos grupos. Por otro lado, en un territorio falto de sílex, estas comunidades han de buscar alternativas para poder desarrollar completamente su tecnología. El hallazgo de productos Levallois y laminares en cuarcita y cuarzo es un indicio de su pericia técnica y de un gran conocimiento de la oferta litológica del medio y de sus cualidades mecánicas para la talla.
Colmillo de Ursus Spelaeus (Oso de las Cavernas)
En Cova Eirós se encuentran las primeras evidencias de arte rupestre paleolítico en Galicia, que nos permiten adentrarnos en las esferas simbólicas correspondientes a los últimos grupos de cazadores-recolectores paleolíticos. En su interior se han identificado hasta trece paneles con diversos motivos pintados y grabados representando elementos abstractos y figurativos. El estudio de los rasgos estilísticos de los principales motivos y las dataciones radiocarbónicas nos enmarcan a estos grupos dentro de las dinámicas culturales observadas en la Cornisa Cantábrica y el interior peninsular, evidenciando la amplitud de los territorios culturales del Paleolítico superior.
En resumen, la larga secuencia estratigráfica de Cova Eirós y su emplazamiento como cabeza de puente entre la Cornisa Cantábrica y la Fachada atlántica permite comprender mejor la dispersión de las diferentes dinámicas poblacionales y culturales que tuvieron lugar a lo largo de la Prehistoria peninsular.