Sheikh Abd el-Qurna es el nombre actual que recibe un área de la necrópolis de la antigua Tebas, hoy Luxor, elegida por muchos funcionarios de alto rango durante los reinados de Hatshepsut y Thutmosis III para construir sus tumbas a mediados del s. XV a.e.
El proyecto se centra en la documentación y conservación de tres cámaras funerarias asociadas a tres tumbas erigidas en esta zona de enterramientos, que pertenecieron a: el visir Useramón (la llamada TT –por las siglas de Theban Tomb– 61), el intendente del visir Useramón, Amenemhat (TT 82) y el supervisor del doble granero y supervisor del granero de Amón Nakhtmin (TT 87).
Vista general de una parte de Dra Abu el-Naga con el pozo de la tumba de Nakhtmin en primer plano (enmarcado en rojo en la imagen). Fotografía de Lucía Díaz-Iglesias.
Se trata de tres monumentos que comparten una serie de rasgos comunes que posibilitan su estudio comparado: son contemporáneos (ca. 1470-1450 a.e.); se ubican en la misma zona geográfica; pertenecen a miembros de la elite y la subelite tebana, muy cercanos al rey o al visir, vinculados con los templos y con conocimiento de textos religiosos; sus cámaras funerarias subterráneas están decoradas con textos e imágenes para el Más Allá, siguiendo la misma técnica de ejecución: viñetas y textos escritos en jeroglíficos cursivos, en columnas, con un “pincel” sobre una capa blanquecina de cal. Las cámaras constituyen un testimonio excepcional para rastrear a fondo el trabajo de los artesanos y escribas egipcios antiguos en todas sus fases, desde la preparación de las superficies decorativas, hasta la introducción de correcciones en un texto copiado a mano.
Fotografía de detalle de la barca solar atravesando una de las horas de la noche en la tumba de Useramón. Fotografía de Carmen Ruiz
Por otro lado, los tres monumentos seleccionados presentan características singulares, que permiten abrir nuevas vías en el estudio de las formas de transmisión de textos funerarios y los modos de trabajo y educación de los escribas. Estos son aspectos culturales y sociales sobre los que aún existen muchas dudas, dado que carecemos de fuentes textuales primarias que los expliquen.
- La tumba del visir Useramón (TT 61) tiene una cámara funeraria (4 x 3,60 m) accesible a través de un pozo de 10 metros excavado en el patio a la altura de la fachada y de un pasillo descendente de 15 metros. Se trata de la única tumba privada del Reino Nuevo que recurre al repertorio de textos funerarios usados en exclusiva por los monarcas para decorar sus hipogeos en el Valle de los Reyes. Más concretamente, el visir utiliza las mismas composiciones que las que se encuentran en la tumba del monarca reinante, Thutmosis III (KV 34): la Letanía de Re y el Amduat.
- La tumba de Amenemhat (TT 82) cuenta con una cámara funeraria (2,80 x 3,80 m) a la que se accede a través de un pozo de 8,5 metros que se abre en la sala más interna de su tumba-capilla. Presenta todas sus paredes decoradas con recitaciones de los Textos de las Pirámides y del Libro de la Salida al Día ( 4). Amenemhat es representante de una elite de segundo rango, aunque al participar en la decoración de la tumba del visir Useramón (TT 61) pudo desviar recursos materiales y humanos de ésta hacia su propio monumento.
- La tumba de Nakthmin (TT 87) dispone de una cámara funeraria (4,30 x 3,50 m) que, de forma excepcional, es accesible a través de un pozo de 12,15 metros excavado en el patio de la tumba de su hijo, Menkheperraseneb, construida en un nivel superior de la colina, y de un pasillo zigzagueante. Cuenta con sus paredes decoradas con recitaciones de los Textos de las pirámides y los Textos de los ataúdes, composiciones que no estaban tan en boga en el Reino Nuevo y que demuestran la voluntad del propietario de conectar con tradiciones antiguas. Este testimonio es excepcional por tratarse de uno de los pocos casos para los que se conoce el modelo y el producto final, al haberse hallado los ostraca (lascas de caliza con inscripciones) que usaron los copistas para transcribir los textos funerarios a las paredes de la cámara funeraria.
La fotógrafa del equipo, Carmen Ruiz, realiza fotos de detalle de los textos de Nakhtmin para ser analizados por los epigrafistas. Fotografía de José Manuel Galán
El proyecto inició su andadura en 2019 y ha realizado hasta la fecha dos campañas de trabajo de campo en Egipto, la más reciente de las cuales terminó en Febrero de 2020 y ha contado con la ayuda de la Fundación Palarq. Tiene la doble vocación de proceder a la documentación exhaustiva de los mencionados monumentos y a garantizar su conservación para generaciones futuras.
Con el objetivo de entender cómo se planificó y ejecutó la decoración de las cámaras funerarias, los epigrafistas del equipo proceden al análisis detallado de todos los signos de escritura y de otras marcas no lingüísticas –preliminares y definitivas– que quedan registradas en las paredes de estas salas en TT 61, 82 y 87. Se trata de realizar un estudio “arqueológico” de una superficie decorada, rastreando todas las huellas materiales que ayudan a recomponer la cadena operativa que subyace a la copia de un texto en un espacio tridimensional. Pero también se apuesta por un estudio “antropológico y sociológico” de la decoración, buscando el factor humano, para así aproximarse no sólo a los individuos que están detrás del texto escrito, sino a todo el colectivo de los escribas con vistas a entender la educación que recibían y sus modos de trabajo.
La investigación se basa en la observación in situ de soportes, signos y marcas, complementada con la aplicación de los más recientes avances en las tecnologías de la información y la comunicación y, en el futuro próximo, también de las técnicas analíticas en arqueometría. Así, a la espectroscopía Raman se unen técnicas fotográficas digitales (fotografías de alta resolución, de infrarrojos y con luz ultravioleta), programas de procesamiento de imágenes y fotogrametría. Todo ello permitirá la caracterización de materiales, la documentación tridimensional de las superficies decoradas y mejoras en la legibilidad de los textos en áreas dañadas de los soportes, yendo más allá de lo que el ojo humano aprecia a simple vista. El proyecto potencia la colaboración interdisciplinar, en la idea de que el trabajo junto a científicos y técnicos de otros campos –geólogos, químicos, restauradores, fotógrafos, topógrafos y arquitectos– aporta distintos puntos de vista sobre un mismo artefacto.
Reacondicionamiento de la entrada al pozo de Nakhtmin, estado inicial y final. Fotomontaje de Carmen Ruiz
Por último, los objetivos científicos corren parejos a la vocación de conservación del patrimonio arqueológico. Durante la segunda campaña de trabajo, se ha acondicionado el acceso a los pozos funerarios, sustituyendo las barras metálicas existentes por cancelas abatibles y estructuras más sólidas y seguras, y construyendo muretes de adobes que impiden la caída de escombro y la entrada de pájaros.
¡Hola! Tu enfoque en la documentación y conservación de cámaras funerarias en Luxor es fascinante. ¿Has pensado en explorar cómo la tecnología moderna, como la fotogrametría o la realidad virtual, puede complementar los métodos tradicionales de conservación en estos sitios históricos? Integrar estas herramientas podría ser una perspectiva interesante. 😊
Hola Ana,
Gracias por tu comentario y por las interesantes sugerencias. Estamos usando fotogrametría para obtener ortofotografías de cada pared decorada y hacer modelos 3D de los monumentos. La realidad virtual no la hemos puesto en práctica, pero si la financiación lo permite podríamos integrarlo en un futuro.