El yacimiento de Banahilk, se encuentra en los altiplanos altos de los Zagros (Soran, actual Kurdistan iraquí). Se trata de un asentamiento de una comunidad agrícola ganadera del periodo Halaf (6200-5300 cal BC), bien conocido ya que fue excavado, por primera vez por Patty Jo Watson en 1954, bajo los auspicios del proyecto de Robert y Linda Braidwood en el Zagros Hilly Flanks y llevados a cabo por la Universidad de Chicago (EE. UU.).
Montículo en la ciudad de Soran- Dyana donde se encuentra el yacimiento. © Proyecto Banahilk
Actualmente, el yacimiento es un montículo bajo de aproximadamente 5 m de altura, de aproximadamente 100 x 159 m situado a 675 m. Se trata de una colina en la intersección de dos cursos fluviales, el Balakiyan tributario del Rowanduz controlando los valles fértiles de Soran-Dyana, en un punto que se puede considerar estratégico a nivel visual y de acceso a los recursos naturales básicos como son el agua y a los campos de cultivo o de pasto. Se localiza en el barrio de la ciudad de Soran- Dyana, denominado Al matar, ya que Durante el Mandato Británico (1928–1932), los británicos construyeron una base aérea cercana, que también fue utilizada por el ejército iraquí posterior a la independencia de Iraq.
Los trabajos realizados en el marco del proyecto Orígenes de la agricultura y la ganadería en el Próximo Oriente: Estudio y Análisis del fenómeno histórico en Siria (Tell Halula-Chagar Bazar) y Kurdistan (Tell Lashkir-Banahilk) dirigido por el prof. Miquel Molist del a Universidad Autónoma de Barcelona han permitido la recuperación de restos de arquitectura asociada a unidades domésticas de un pequeño poblado Halaf datado entorno el 5.700-5.300 cal BC.
Restos de estructuras domésticas del yacimiento © Proyecto Banahilk
Estos excelentes resultados corresponden a espacios de habitación formados por paredes construidas con piedras grandes y unidas por adobe que se combinan con otras paredes levantadas con técnicas mixtas. Asociados a estos niveles se documentan contenedores y silos revestidos con adobe muy bien conservados, asociados a estructuras negativas y suelos de tierra batida.
El principal material arqueológico recuperado corresponde a fauna, cerámica, semillas y carbones, útiles macrolíticos que nos permiten acercarnos a las estrategias económicas, tecnológicas y sociales de las comunidades del Neolítico final Halaf, en sus manifestaciones más orientales. La presencia de obsidiana así como otros materiales como pequeños cuencos de piedra pulida indican la presencia de contactos más allá de la propia región del Zagros. La presencia de la típica cerámica Halaf, en su versión pintada, y en las principales tipologías recuperadas muestra la influencia de las producciones Halaf del alto Khabur y alto Tigris y su fuerte demanda creada por unas comunidades agrícolas y ganaderas en expansión.
- Conoce el proyecto arqueológico de Banahilk en el kurdistán iraquí. - 19 marzo, 2019